Comienza el ‘festival’ García-Pelayo

Finalizado el maratón de rodajes (11 películas en un año), Gonzalo García-Pelayo inicia ahora su particular maratón de festivales. Tres de sus películas se exhiben estos días en dos festivales internacionales de cine, como el Prague Film Festival de la capital checa y el BAFICI de Buenos Aires.

No una ni dos. Sino tres. Quien se embarca en un proyecto para hacer 10+1 (que suman 23) películas en un año no puede sino presentar su trabajo también a lo grande. Si Gonzalo García-Pelayo ya acudió al Festival de Sevilla con las dos primeras (y únicas) de su, entonces, aún embrionario proyecto, ahora que ha terminado con todos los rodajes ya tiene garantizada su presencia en otros dos festivales internacionales de cine como son el Prague International Film Awards Spring Edition y el BAFICI de Buenos Aires, con tres títulos.

En la capital checa se proyectaba esta semana, dentro de la sección oficial, Ainur, la segunda película de la serie y una de las dos que el prolífico cineasta (y editor, productor musical, apoderado taurino e incluso investigador de los números primos) presentó en noviembre en el Festival de Cine de Sevilla. Rodada en Nur-Sultán, la capital de Kazajistán, en español, kazajo y ruso ¡sin subtítulos!. No le hacen falta. Si la música es el único idioma que quien no lo habla es capaz de entenderlo, el del amor es el único idioma que todo el mundo puede hablar.

El ideal platónico del amor

La película es pura poesía visual. El espacio y la arquitectura, plagada de transparencias, reflejos y juegos de luz, dibujan el escenario en el que los personajes buscan el ideal platónico del amor, que representa Ainur, una mujer que ya no existe porque murió, y que, al mismo tiempo, está presente en todas las mujeres.

Por otro lado, las dos películas que se proyectarán esta semana próxima en el Buenos Aires Festival de Cine Independiente (BAFICI) son, de alguna manera, las dos caras de la misma moneda, el reverso y el anverso del cine de Gonzalo García-Pelayo, según la definición que de él hizo hace años el periódico Le Monde, cuando publicó aquello de que que sus películas estaban plagadas de sexualidad y religiosidad. O, por usar la expresión del propio cineasta, de carne y espíritu.

La carne y el espíritu

El díptico que conforman Así se rodó Carne Quebrada y Alma Quebrada son un claro ejemplo de esto. La primera, clasificada X en España por una secuencia al final de la película, es el making of del rodaje de un título inexistente. Con alguna reminiscencia de su Vivir frente al mar (que en 1978 fue clasificada S, poco se ha avanzado en mojigatería), la película está rodada íntegramente en exteriores, en escenarios la mayor parte de ellos naturales de Portugal y España, con una fuerte presencia, algo más que simbólica, de rocas, agua, cielo y enhiestas secuoyas. La naturaleza, que parece desobediente cuando se la trata de constreñir, pero que sigue imparable su curso.

Alma Quebrada no la he podido ver aún y, por ello, de esta cinta no tengo más referencias que las que ofrece la productora: es la propuesta de encontrar el poder transformador de la vida a través del doble viaje exterior e interior de sus cuatro protagonistas, de descubrirlo donde menos se busca, en las vivencias de un trayecto de localización de exteriores para una película por paisajes de España y Portugal. Por lo que ha ido avanzando el propio realizador, se trataría de la versión más espiritual de la historia absolutamente carnal que retrata el falso making of Así se rodó Carne Quebrada. Habrá que verla. De momento, sólo en Buenos Aires.

Maratón de rodajes

El proyecto de las 10+1 películas en un año echó a andar en abril de 2021, con el rodaje de Dejen de prohibir que no alcanzo a desobedecer todo en Sevilla. En aquel momento, el proyecto era hacer 8 películas, 7+1, todas ellas con su correspondiente making of a cargo de Carlos Escolano, que haría también un making of final de todo el proyecto. El proyecto, absolutamente vivo, fue evolucionando con cada rodaje y finalmente, Gonzalo García Pelayo, con la producción de Gervasio Iglesias y La Zanfoña Producciones (salvo una de las películas, en la que la producción ha sido otra), han completado la proeza de rodar en un año 11 películas.

A Dejen de prohibir… siguieron las mencionadas Ainur, Así se rodó Carne Quebrada y Alma quebrada, y a éstas Arde, Chicas en Kerala, Diario Tamil, Siete Jereles, Tu coño, Pensamiento insurrecto y El otro lado de la realidad, inspirada esta última en los relatos de Luisa Gajalva.

(Más información sobre el proyecto de las 10+1 películas aquí)

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