El tacto de lo intangible

Pese a todo, aún hay valientes que sacan discos. Como Antonio Smash. Un incombustible del rock sevillano. Un músico polifacético, un rockero multiinstrumentista, que empezó tocando la batería en los prolegómenos de la gran revolución musical del rock andaluz y sigue aún, ahora como guitarrista, creando música y publicando discos nuevos, como el que acaba de presentar en La Carbonería, en Sevilla, y que lleva por título "Viéndolas venir".

Reconozco mi feticihismo en el objeto. En los objetos. En algunos de ellos, al menos. Supongo que todos somos fetichistas en alguna medida, no lo sé. Yo lo soy con algunos objetos. Con aquellos que me hacen tangible lo intangible. Que me ofrecen la posibilidad de sentir con el tacto y con el olor lo que no existe sino sólo en el espíritu.

¿Cómo va a ser lo mismo leer un libro impreso que en formato digital? Lo mismo con la música. La experiencia es radicalmente diferente. No diré opuesta, pero sí diferente. Los fetichistas tenemos, además, un problema con la tecnología, hay que reconocerlo, que cada vez nos lo pone más difícil. En el caso de los libros, no vale que uno se pase al formato digital, porque no hay uno, sino varios, que conviven simultáneamente y que se anulan, que son incompatibles entre sí.

En el caso de la música el drama es mucho mayor, pues los formatos se suceden en el tiempo dejando obsoletos los inmediatamente anteriores para, con el paso del tiempo, renacer, cuando los usuarios ya no tienen modo de reproducirlos. A mí me pasó con los vinilos. Y ahora me pasa con los discos compactos. Cuando pensaba que nunca volvería a escuchar música grabada en plástico me deshice, no sin dolor, de los discos que tenía, y monté una nueva discoteca de CD. Ahora, estos cientos de discos se mueren de risa, porque me quedé sin un reproductor en condiciones.

Formatos, tecnología, experiencia

Terminé comprandome un tocadiscos decente, pero sigo sin poder reproducir un CD sin tener que armar la marimorena: tengo que encender el reproductor de DVD (que ya veremos qué ocurre el día que deje de funcionar), la televisión y el amplificador de sonido para poder escuchar un disco.

También escucho música en las plataformas digitales, pero la experiencia no es la misma que cuando uno compraba un disco físico y se tiraba en el sofá a escucharlo una y otra vez mientras leía las letras de las canciones y se las terminaba aprendiendo. Hay quien también cuestiona la calidad del sonido de la música emitida por las plataformas y es cierto que ésta nunca sonará tan bien como en el plástico. Pero eso a la mayoría no le importa.

Me contaba Miguel Zaguán, cuando preparaba mi libro sobre la Historia del Rock Andaluz, cómo la irrupción de las plataformas vino a cambiar la forma de escuchar música y, por tanto, también de producirla y venderla. De alguna manera, se lamentaba, tiraba por tierra el esfuerzo de montar un disco completo, cuando, con suerte, sólo se iba a escuchar una canción. Y, con muchas suerte también, el oyente la podría escuchar más de una vez.

Antonio Smash, en La Carbonería, interpreta uno de los temas de su último disco "Viéndolas venir".
Antonio Smash, en La Carbonería, interpreta uno de los temas de su último disco «Viéndolas venir».

Antonio Smash, un valiente incombustible

Y, pese a todo, aún hay valientes que sacan discos. Como Antonio Smash. Un incombustible del rock sevillano. Un músico polifacético, un rockero multiinstrumentista, que empezó tocando la batería en los prolegómenos de la gran revolución musical del rock andaluz y sigue aún, ahora como guitarrista, creando música y publicando discos nuevos, como el que acaba de presentar en La Carbonería, en Sevilla, y que lleva por título «Viéndolas venir».

En La Carbonería, el periodista Manuel Álvarez, decano de los periodistas musicales de Sevilla, me pide que le avise cuando escriba algo nuevo, cuando saque un nuevo libro. Pero en papel, me advierte. Y Juan Antonio Vergara despliega en la mesa parte de su catáogo de los discos que ha editado su sello discográfico 5 Lunas, 42 referencias ya, algunas en vinilo (como los discos que le grabó a Storm) y todas en disco compacto.

Lo que está haciendo Juan Antonio Vergara es pura arqueología musical. Rescatando música de ayer y dando voz a la de hoy. Y poniéndola en su contexto, que es lo que hace la arqueología. No se trata de la punta de flecha, sino de dónde apareció y qué otras cosas había a su alrededor cuando esa punta de flecha se hizo de nuevo presente. Por eso Antonio Smash tiene un tema en el primero de los ochos volúmenes dedicados hasta el momento al rock progresivo nacional editados por 5 Lunas, y que demuestra que el español está al nivel del mejor rock progresivo anglosajón.

Alguien lo tiene que hacer

En el acto de este sábado en La Carbonería, Rafa Tardío aplaudía el trabajo de este bendito loco, en una época de musica digital y descargas, produciendo música en formato físico. «Alguien lo tiene que hacer», decía, para que el trabajo de los músicos no se pierda en el maremágnum de las redes sociales, donde, por otro lado, no se encuentra todo. Todo lo que está es, pero no todo lo que es está.

El nuevo disco de Antonio Smash lleva en la portada un collage de Tomás Gómez, pintor abulense afincado en El Puerto de Santa María, ya fallecido, que ilustró el primer disco de Imán Califato Independiente. La portada representa bien lo que es el propio disco, diez temas que abarcan desde lo instrumental a temas en los que se fusionan el flamenco y el funki, de baladas románticas a temas en los que Antonio Smash combina el contenido crítico con el humor, hay una colaboración con Kiko Veneno, tres versiones acústicas de temas anteriores del propio autor, y hasta una revisión de uno de los temas incluidos en el primer disco de Smash, «Glorieta de los Lotos», Forewer walking.

Yo ya lo tengo. Y lo estoy disfrutando mientras escribo estas líneas. Aunque haya tenido que encender la televisión, el reproductor de DVD (que aún funciona) y el equipo de sonido. Vale la pena.

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