En cuanto percibes el sonido del fado o el sabor del cilantro, sabes que estás en Portugal. Lo que no significa que ni el fado ni el cilantro sean necesariamente lo mejor que este país puede ofrecer. Respecto al segundo, bastaría con que redujeran su presencia en cualquier carta, incluso que lo hicieran desaparecer de algunas recetas, por qué no. Un sabor tan fuerte puede llegar a matar cualquier otro. Hasta el del bacalao. Hasta el de las almejas. Hasta el de la pudrición…
Y respecto al fado… Está bien en dosis pequeñas. Casi mejor en un disco que en una casa de fados. Pero hay que probar de todo para poder elegir. El fado, como el flamenco, exige ciertas dotes vocales y musicales. Un voz profunda, rota, grave y experimentada, que transmita vida vivida… Cuando la tía se va y llega la sobrina, el fado no suena igual, por mucho que a la muchacha la adornen otras cualidades.
Debía ser muy diferente escuchar a Amália Rodrigues en un teatro…