Primer objetivo cumplido

Primera etapa finiquitada, conforme a lo previsto. Objetivo cumplido. Etapa técnica sin mayores incidencias. Con la salvedad, claro, de que el compañero de la Harley (una sporters tenía que ser) llegó con algún retraso sobre la hora convenida al sitio convenido. Peor para él, porque le tocó pagar el desayuno, con invitación incluida a dos espontáneos muy queridos que se nos sumaron al incio de la jornada. Cosas que pasan por quedar para desayunar en la misma calle donde se encuentra la sede del puesto de trabajo. Por lo demás, nada reseñable desde el punto de vista rutero. La autovía, sin problemas; aburrida como su puñetera madre. Bonita imagen de las ruinas romanas de Mérida sobre el Guadiana, vistas de reojo, claro.

También impresiona el puerto de Béjar, unos 900 metros de altitud sobre el nivel del mar. Pero no por la espectacularidad de su paisaje, que no es que sea feo. Lo verdaderamente impresionante es cómo justo al cruzar el puerto la temperatura, a Dios gracias, bajó de manera espectacular. Sin exagerar, pudieron ser más de diez grados. Exagerando, vete tú a saber si no pasamos de cuarenta y pico a bajo cero. Pero no, tanto no fue.

Por supuesto, la entrada a Salamanca. Cruzando el Tormes, la estampa de las dos catedrales es impresionante. ¿Por qué siempre tomamos las fotos desde la fachada misma de los monumentos? Viajar en moto tiene esas cosas: lo mejor lo vives mientras conduces. Una vez que te bajas, lo demás está al alcance de todos…

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