Preparando el ‘camino’

A este blog le pasa, casi, como a mi moto. Que la tengo parada desde el año pasado. Parada del todo, no. Pero no la he montado como a mí me hubiera gustado. El mal tiempo, ya se sabe. Tiempo atmosférico y económico. Y falta de tiempo, también. Demasiado trabajo para lo que luce. Vivir para trabajar o trabajar para vivir, he ahí el dilema, que diría Hamlet. Y encima, dando gracias por que no falte. Y cruzando los dedos para que así sea.

El año 2012 no ha arrancado precisamente bien para mucha gente. Familiares que ya no están, momentos duros, amigos con problemas, los recortes, que en carne propia duelen más que en el Telediario, la amenaza de un ERE, que en unos días dejará de ser una amenaza para ser una realidad en forma de lotería, a ver a quién le toca la pepeleta con el premio. Y a empezar de nuevo, sea cual sea el resultado. Como si no hubiera pasado nada. Como si todo siguiera igual.

Ni hemos hablado de vacaciones en el trabajo. No ha habido ocasión para hacerlo. Ni, con la amenaza del ERE, era posible plantear nada hasta ver cómo queda el panorama, desolador seguro, tras la batalla. Pero tengo claro mi destino de este año. Siga trabajando donde hasta ahora, que ojalá -uno se vuelve conservador con los años, y no está el patio para ciertas aventuras- o no. Probablemente acompañado por mi amigo y compañero de aventuras moteras, Emilio, que hoy celebra su santo y el de su padre, y si las fechas no coinciden, solo. El Camino de Santiago completo, uno de los caminos, vaya. El mío: desde Jaca, cuna y cumbre de cierto estilo románico, a la Puerta de las Platerías de la Catedral de Santiago de Compostela.

Sí, ya… Que os conozco. Que ya lo hice a pie. Que no pretendo obtener de nuevo la Compostela que acredite la hazaña, que todo eso me da igual. Los que seguís este blog -no sois muchos por culpa sólo mía, que os tengo abandonados- sabéis lo que es viajar en moto. Los sitios que voy a recorrer este año son mágicos, por muchos motivos. Todo el norte de España es especial. Paisajes espectaculares, arte, historia, gastronomía, buen vino y buen tiempo… ¿Qué más se le puede pedir a un viaje? Y, encima, en moto. El placer está asegurado.

En los próximos días iré concretando la hoja de ruta aproximada que seguiremos en esta ocasión. Se admiten sugerencias. Habremos de fijar las fechas del viaje, de modo que a los dos viajeros nos coincida, y los puntos que uno y otro queremos visitar. Y a partir de ahí, que el viento nos lleve.

Saludos, moteros.

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