Llueve en los alrededores de Munich. En torno al hotel en que nos quedamos esta noche sólo hay viviendas. Buscamos un bar para tomar una cerveza mientras vemos el fútbol, y empezamos a caminar bajo la lluvia, en busca de algún garito. Ni que decir tiene que no tenemos paraguas: hemos venido en moto. Después de unos metros encontramos una indicación que parece conducirnos a un bar. La seguimos. Llevamos caminados unos cientos de metros y nos topamos con un campo de fútbol. Un poco más allá, por fin, el bar. Nos asomamos con algún reparo. Dentro hay una enorme pantalla de vídeo en la que se proyecta un partido entre el CD Nacional portugués y el Werder Bremen. Hay gente dentro viendo el fútbol por televisión. Entramos y nos sentamos en un rincón, la única mesa libre en la sala. Pedimos de beber y, al instante, alguien apaga la televisión, algunos se giran para verse las caras frente a frente y dan comienzo a una reunión. En alemán, por supuesto. Le preguntamos a la camarera: Is there any problem we stay here? Ella tampoco hablaba muy bien inglés. Nos dice que no con un gesto de complicidad (tuvo varios durante la cena, pero no vienen al caso). Al poco descubrimos que estábamos en la sede de equipo de fútbol de donde pasábamos la noche: el SV Günding, y que aquello era una reunión de la directiva con algunos de los futbolistas…
Tal y como terminó la reunión, continuaron viendo el partido. Menos mal que, pese a la remontada de los portugueses, terminó ganando el Werder Bremen.