Cada vez me cuesta más dar por cerrado los relatos de mis viajes. Al regreso me entra una mezcla de desazón y pereza que me hace muy difícil dar por terminada la aventura, como si mantener abierto el relato mantuviera vivo el viaje. Lo he escrito otras veces. Un viaje es una experiencia personal, enriquecedora pero intransferible. Así que viajen todo lo que puedan. Y ya me contarán.
Hasta pronto. Nos vemos en la carretera.