Se va acercando el momento, y es hora de hacer números. No es que me vaya a echar para atrás, que de orgullo anda uno sobrado. Pero sí que conviene tomar el sueño de un viaje de libertad por Europa en moto y ver la realidad de lo que son unas vacaciones en el extranjero. Sevilla-Barcelona, Barcelona-Estrasburgo, Selva Negra, Baviera, los Alpes austriacos, norte de Italia, Costa Azul, España… Al que algo quiere, algo le cuesta.
Calculo que le haré a mi Drag Star unos 7.000 kilómetros en pocos días, que en millas, porque mi moto viene en millas, es así de chula, serán sólo unas 4.370, aproximadamente. Eso, en gasolina, se traduce, aproximadamente, en unos 600 euros, teniendo en cuenta lo tragona que es mi moto y la inflación europea, que hace el litro de gasolina se pague a precio de whisky de los Pirineos para arriba. También habrá que tener en cuenta los peajes, que no sé los que nos encontraremos, pero habrá que echarse al bolsillo otros 200 euracos para hacerles frente.
Además, claro, está comer y dormir (¡ay, Dios, que empiezo a marearme!). Si haciendo un cálculo rápido y tratando de tirar por bajo (por muy bajo), cada día me gasto alrededor de 70 euros de media entre comer y dormir, si el viaje va a durar en torno a quince días, estamos hablando ya de unos 1.000 euros, que seguramente se terminen disparando. 1.800 euros, de momento, sin contar los vicios.
Es obvio que, tratándose de vacaciones, tratándose de Alemania, tratándose del Oktoberfest y tratándose de mí, habrá que pensar que algún día que otro (un día sí y al tro tal vez también, al menos estando en Munich) habrá que darse un homenaje gastronómico-cervecero. 400 euros más, pongamos por caso. Y también están los recuerdos y regalitos que uno traerá de vuelta para sí y para otros. De momento, a Sebas ya le he prometido que le traeré cerveza austriaca (mira que echarse un cuñado alpino, teniéndome a mí soltero… En fin). Y caerán más: que si los imanes, que si alguna camiseta, que si la taza de loza… ¿Otros 200 euros, quizá?
Recapitulemos: 600 por un lado, 200 más, 1.000 por aquí (que podrían ser vete tú a saber), otros 600… Todo ello suma, a ver, ¡cuánto! Uf… Bendita paga extra.
Y todo ello sin contar los desembolsos que he hecho ya para este viaje. Dejando a un lado las revisiones de la moto, que había que pasarlas, hace unos meses me compré el netbook desde el que narraré el viaje, si el tiempo y el wifi lo permiten. Y más recientemente me he gastado 230 euros en la bolsa de viaje, 110 más en la chaqueta de cuero y 150 en el casco.
Pero esto último, en verdad, no lo he pagado yo, que ha sido un regalo que no podía rechazar. Muchas gracias, de corazón. Él sabe por quién va.