Se nos pasó por la cabeza la posibilidad de hacernos de un tirón la ruta entre Bayonne y Calais, donde íbamos a embarcar en el fery a Dover para cruzar al otro lado del Canal de la Mancha, pero decidimos que eran demasiados kilómetros, por lo que hicimos dos etapas. La primera de estas dos etapas concluyó en Tours, una de las ciudades regadas por el río Loira. Vale la pena detenerse y pasear por su casco histórico medieval. Gran acierto.