A Camila
Hemos completado las tres quintas partes del recorrido. En tres días hemos recorrido 70 kilómetros, a razón de algo más de 23 kilometros diarios de media. Nos quedan 40 kilómetros para completar en dos días.
Ojo con las medias, que los 28 kilómetros de hoy y los 28 del primer día, con sus casi 800 metros de desnivel que tuvimos que salvar, hay que caminarlos, por mucho que la etapa de ayer fuera de sólo 14 kilometros y ningún bar.
El perfil de la etapa de hoy era mucho más llano, con alguna subida y alguna bajada de no demasiada consideración. Pero hay que recorrerlos.
Lo que sí había era más bares, más puntos de avituallamiento. Algunos más, no es que esto sea Triana o el Arenal. Hemos parado por primera vez en la estación de Lalín, a los 14 kilómetros de haber iniciado la etapa, donde nos hemos comido un bocadillo como aquellos que yo recordaba de cuando el camino francés, de bacon y queso el mío y de chorizo el de Javier. Luego hemos continuado hasta A Laxe, parada técnica de hidratación para no enfriarnos, y vuelta a la carretera. Al camino, quiero decir. O a la carretera, no sé.
Comenzaba el tramo más duro, seguramente por el cansancio acumulado de la mañana junto al de las jornadas anteriores. Hasta ese punto había sido una etapa muy cómoda, sin grandes pendientes y con hermosos paisajes. Durante un trecho nos siguió un juguetón beagle, lo que me hizo pensar mucho en Brooklyn y en Camila. Y, por supuesto, en Bea.
La pescadilla gallega
Decidimos para a comer en Taboada, antes de Silleda, pero el camino no pasa por ningún restaurante. Corrijo: no pasa por ningún restaurante abierto.
Es una pena que este camino esté en algunos tramos tan escaso de servicios. Ello retrae a los peregrinos. Y como no hay peregrinos, no hay servicios. La pescadilla que se muerde la cola.
Finalmente comimos en un polígono industrial, en la cafetería de un gimnasio. Muy bien, por cierto. Y ha sido allí donde nos han recomendado no seguir el itinerario trazado, y continuar el camino hasta Silleda por la acera del polígono, junto a la carretera. Es cierto que el tramo no era especialmente bonito, mientras que el camino ‘oficial’ nos metía por un bosque. Pero la diferencia, con 25 kilómetros ya en las piernas, era hacer 3,5 más o sólo 1,5 kilómetros.
En otros caminos quizá no ocurra y el trazado a pie sea más corto que el trayecto por carretera. Pero en esta variante es justo al contrario.
Seis peregrinos
Los seis peregrinos que salimos ayer de Dozón estamos hoy en Silleda. La diferencia es que la oferta en Dozón es de 9 plazas y en Silleda de más de cien en los varios albergues que existen. Nosotros nos hemos quedado en el albergue parroquial de Santa Olaia, en un antiguo internado de niñas a cargo de la congregación de la Doctrina Cristiana. Los otros cuatro han coincidido en el Albergue Turístico de Silleda. No sé cómo estará ese albergue. En el nuestro estamos nosotros solos.
Para mañana llevamos la comida desde aquí. En Outeiro no hay nada de nada. Como en Dozón, pero menos. A ver cómo se nos da la jornada.
Tengo ganas de llegar a Santiago. Hoy me están pesando las piernas. Si mañana completamos la etapa sin incidencias, lo que nos queda es un paseo hasta la Plaza del Obradoiro.