Ya llevo recorridos más kilómetros de los que me quedan para llegar. Por la carretera, las indicaciones señalan hasta Santiago unos diez kilómetros menos que a pie. Pero vas a comparar…
Hoy he tenido algún tramo pequeño de carretera. Algún cruce y algún cruce con las vías del tren. Alguna vez por debajo y otras al mismo nivel. Ha sido una etapa con predominio del bosque, pero también hemos atravesado viñedos.
Ésta es zona de Albariño, pero no me atrevo a asegurar que las viñas que me he encontrado en mi camino sean las correspondientes. Estaban todas emparradas, no sé si para aislar la uva de la humedad del suelo y las alimañas, o porque se trata de uva de mesa.
En general, la etapa ha sido cómoda. Yo empiezo a notar un poco el cansancio de cuatro días seguidos caminando lo que no estoy habituado. Pero estoy bien. Ahora descanso con las piernas en alto y la rodilla derecha bien breada de Voltadol. Así que todo va a ir a mejor.
En cualquier caso, la etapa es una etapa mayormente llana, sin grandes pendientes, y que transcurre por un paisaje agradable (no tan bonito en su conjunto, en mi opinión, como la etapa precedente, pero con algunos tramos realmente hermosos).
Hoy he pensado mucho en los que no están. En Emilio, con quien hice, bien es cierto que en moto, el camino desde Jaca, pero también en mis padres, que ya empiezan a no estar en condiciones de caminar. Además, me he acordado mucho de Bea y de Clote, a quienes echo mucho de menos en este camino. Clote sí está en condiciones de hacerse el camino, pero yo no estoy en condiciones de hacerlo sujetándolo a él y tirando al mismo tiempo de la mochila.
En el tramo final de la etapa me he cruzado con otra pareja que hacía el camino con su perro, un pastor alemán precioso. Y ya en Caldas he vuelto a encontrarme con Quique y sus jóvenes dueños. Y con la pareja madrileña. Y con la de Santa Pola (Alicante) con la que coincidí en el albergue en Pontevedra, que viene haciendo el camino desde Oporto por la costa.
Notas complementarias
NOTA 1: Hoy la música que me ha acompañado ha sido instrumental. En concreto, el tema principal de la banda sonora de la película ‘Pat Garret and Billy the Kid’, de Sam Pekimpah, que la hizo Bob Dylan. El de Minesota escribió para esta película también su ‘Knocking on heaven’s door’ y hasta hizo un pequeño papel en la película. Pero no se le recordará por ello. Por el papel. Por la música sí, que es fantástica.
NOTA 2: Acabo de leer en Google que el emparrado es la forma habitual de cultivo de la uva en la zona de Rías Baixas. Tanto para variedades blancas, como el Albariño, como para tintas, como el Espadeiro o el Caíño. Y es por la razón que apuntaba más arriba: evitar que la humedad y las lluvias dañen la uva.
NOTA 3: Levantarse temprano tiene, entre otras ventajas, la de poder disfrutar de los últimos instantes del amanecer. Ahí lo dejo.